Resumen de creencias..
Resumen de creencias, principios y prácticas en Un Curso de Milagros
“Aquí el camino a Dios es mediante el perdón. No hay otro camino.” Libro Ejercicios 256
El Reino de Dios y la gloria de Su Hijo se han perdido para nosotros pero permanecen intactos y completos en nuestro interior. La separación de Dios es una ocurrencia imposible que se ha vuelto posible y real en la mente, cuya consecuencia ha sido la caída o el sueño, resultando en la percepción de un mundo dual donde Dios está ausente. Este es el sueño de separación, de cuerpos y del mundo en el que nacemos, vivimos una vida y morimos. Es el mundo de la percepción en oposición al conocimiento de la unidad que es el Reino del Cielo.
El mundo se ha convertido en la prisión de la mente, que es mantenido en su sitio por el mecanismo inconsciente que subyace a la percepción y a las dinámicas de la construcción del yo egoico. No se puede escapar de esta condición existencial de vida que lo abarca todo siendo experimentada como ser humano, sin la Ayuda que Dios ha proveído en el Espíritu Santo. Es Su Voz la que nos guía a través de las lecciones personales de perdón y sanación que brindan la liberación de la mente de esta prisión.
La Introducción del Texto de Un Curso de Milagros dice sencillamente:
“Lo opuesto al amor es el miedo, pero aquello que todo lo abarca no puede tener opuestos.
Este curso puede, por lo tanto, resumirse muy simplemente de la siguiente manera:
Nada real puede ser amenazado. Nada irreal existe. En esto radica la paz de Dios”.
El Dios de este curso es un Dios totalmente amoroso y benigno que sólo da a Su creación sin fin y en perfección en la eternidad atemporal. Él es incapaz de albergar juicio, ira o crueldad. También es incapaz de comprender cualquier condición que no comparta Sus atributos divinos, inmortales e ilimitados. Este es el fundamento del milagro. Mediante el poder de Dios en la mente, los milagros deshacen la causa, en la mente, de los efectos de la separación y del sufrimiento. Al ser deshechas estas causas mediante el perdón, la mente empieza a recordar la naturaleza verdadera del Amor de Dios. Al fin, cuando el perdón en completo en ellos, la mente está lista para reconciliarse con Él donde la ilusión de separación desaparece y la única realidad es la que compartimos con el Padre. Regresamos al Reino de los Cielos de la Creación de Dios.
Este Curso pone gran énfasis en la necesidad general que cada individuo acepte la Expiación para sí mismos. Al cada individuo acepta la Expiación para sí mismo, sus percepciones se transforman, se libera la luz interior y se siente el poder y gloria de Dios. Aprenden, mediante experiencia directa, a aceptar una nueva identidad, conocerse como los Hijos de Dios perfectos de un Creador Santo y perfecto. Un principio central del Curso expresa: “Conocerse a Sí mismo es la salvación del mundo”. Al cada uno se une a la experiencia de la verdadera identidad en Cristo, el círculo de la Expiación se extiende por el mundo y por la mente del soñador Hijo de Dios para acelerar el gran despertar y consumar el Plan de Dios para la Salvación.
Dios no creó el mundo, el espacio/tiempo ni los cuerpos. Todos aparecen en la percepción como resultado de aceptar la creencia falsa de la separación de Dios, nuestra Fuente que no cambia. Fueron fabricados y no creados, y por tanto son ilusorios y no la verdad. Parecen reales en el sueño de separación pero la expiación deshace la causa de la separación y re-establece la causa verdadera, Dios, como el creador de todas las cosas que son como Él mismo. La única cosa que es como Él es Su Hijo, Su Creación. El resto no es real y desaparece cuando la realidad alborea en la mente despierta.
La Expiación mediante el perdón verdadero, sana la mente de su búsqueda incesante fuera de sí mismo, al creer en el especialismo, la victimización y la carencia. El verdadero perdón elimina todos los rencores y las sensaciones de injusticia, enfado y enfermedad. Los milagros demuestran que el ego no es tu verdadera identidad, tu Ser eterno que Dios creó y ama es tu verdadera identidad. Este es el Ser unido a Jesús en la resurrección, en la vida eterna.
Con Jesús, o el Espíritu Santo como guía, se emprende el viaje de regreso a Dios. Deshace el ego y re-establece la verdad, la consciencia de la verdad de Dios.
El Curso de Milagros, excepcional para una tradición espiritual, expresa su comprensión de los sofisticados recursos psicológicos que el ego usa para defenderse de Dios. Son dinámicas interpersonales que ha desarrollado para mantener la sensación de un individuo separado que vive una vida privada, con pensamientos privados separados de todo, de todos y de Dios. Este drama de existencia, con el Maestro de los Milagros como nuestro guía, se vuelve la clase donde aprendemos a perdonarnos a nosotros mismos lo que es imposible y no pudo pasar. Sin embargo, en nuestra mente aparenta constituir nuestra realidad.
El perdón es el medio para deshacer nuestros errores y corregir la mente de la creencia en la separación con todas sus consecuencias lastimosas. No hemos abandonado el lugar donde Dios nos estableció para entrar en un mundo sin alegría. El perdón es el camino para aprender que esto es así, y al sanar nuestras mentes y cuerpos, las relaciones se vuelven los medios para la salvación y recordamos la alegría que olvidamos hace mucho tiempo. El perdón elimina los obstáculos a la paz y se logra la condición en que Dios pude ser recordado.
En Un Curso de Milagros, Dios llama al Hijo de Dios que duerme y le pide que acepte un nuevo propósito para su vida y sus relaciones. Dios quiere que Su Hijo despierte, que reconozca que es la luz del mundo, con poder para traer paz a cada mente. Él ofrece una vocación emocionante y verdadera en el tiempo, para desempeñar una función divinamente inspirada en el mundo y luego llegar al Hogar, a Dios.
“¡Oh hermanos míos, si tan sólo supierais cuánta paz os envolverá y os mantendrá a salvo, puros y amados en la Mente de Dios, no haríais más que apresuraros a encontrarnos con Él en su altar! Santificados sean vuestros nombres y el Suyo, pues se unen ahí, en ese santo lugar. Ahí Él se inclina para elevaros hasta Él, liberándoos de las ilusiones para llevaros a la santidad; liberándoos del mundo para conduciros a la eternidad; liberándoos de todo temor y devolviéndoos al amor.” C-4.8
Lo que creemos
Creemos en un Dios verdadero, el Creador de toda vida. Que crea todas las cosas como Él mismo, extendiendo perfectamente e infinitamente en lo atemporal y eterno sin principio y sin fin. Él es nuestra Fuente, vuestra Vida, nuestro Amor u nuestro lugar duradero. En Él no hay opuestos. Su amor, alegría y paz son perfectos y sin límites y son la Única realidad compartida con Su Creador. En verdad, no existe otra condición o estado. La quietud silenciosa y poder de Su Amor y gloria están más allá de toda comprensión humana, pero no más allá del conocimiento. Todo lo que existe Él lo conoce en Su Amor, en Su Luz, en lo que comparte.
Creemos en el Espíritu Santo, dado para acortar la distancia de la aparente separación y de la no-verdad. En Él se corrigen todos los errores y todas las ilusiones desaparecen en la verdad. Él es el regalo de Dios para todos, el Maestro de la transformación, que la percepción debe sanar y el conocimiento restaurado a la consciencia presente. Él es la Voz es un país lejano al que nos volvemos para pedir la Ayuda que brindará el final de los sueños. Él llama a todos a escuchar la Palabra que él brinda para que aprendamos a mirar con ojos completamente perdonados a nuestros hermanos. La canción de la redención que Él canta reemplaza una antigua enemistad que tomó lugar en sueños de miedo, y entonces el recuerdo del amor de nuestro Padre nos llegará de nuevo para enseñarnos que somos Uno con Él.
Creemos en la resurrección de Jesucristo del drama existencial de la identidad ego-cuerpo humana y el ciclo de vida-muerte, a la realidad iluminada de la vida eterna en Dios. Al vencer a la muerte, Jesús nos demostró el camino a seguir, para que nos unamos a Él en la resurrección. Él es el Cristo, el Hijo de Dios, la Luz del Mundo, que ha estado con nosotros, hasta que nos volvamos a Él para pedir ayuda. Él nos ofrece Su luz y la manera de escaparse del sueño de pecado miserable, la separación y la culpa que hemos fabricado por nosotros mismos. Y aceptar la realidad de nuestra verdadera identidad como los Hijos de Dios creados perfectos y santo y como Dios mismo en poder ilimitado y en paz.
Creemos que Un Curso de Milagros viene de Jesucristo, mediante el Espíritu Santo y la escriba humana Helen Schucman, para enseñarnos a ver la faz de Cristo en todos nuestros hermanos y recordar a Dios. Él vino a llevarnos a Casa con Él y a caminar por un momento en el mundo con nosotros como un hermano y Amigo. Él nos muestra como sanar y bendecir, consolar y perdonar, de la misma manera que lo hizo cuando estuvo en el mundo hace muchos años.
Creemos en el Amor de Dios, el Amor que no es de este mundo. Cada milagro es su efecto y toda curación es su resultado. Creemos en la Paz de Dios, la “paz que supera toda comprensión”. Este es la meta y el objetivo de vivir aquí, nuestra función, nuestro propósito y nuestra vida.
Creemos en los grandes mandamientos:
“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente y con toda tu fuerza” y “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.”
Creemos que todos y cada uno tiene derechos a los milagros por lo Que son:
“Tienes derechos a los milagros por lo que eres. Recibirás milagros por lo que Dios es. Y ofrecerás milagros porque eres uno con Dios. De nuevo, ¡qué sencilla es la salvación! Es meramente la declaración de tu identidad verdadera.”
Lección 77
Creemos que los milagros son perfectamente naturales mediante nuestro reconocimiento y admisión que somos tal como Dios nos creó. Y que se manifiestan por un flujo de amor incondicional que iluminará nuestras mentes, sanará nuestros cuerpos y nos restaurará al Reino de los Cielos.
Creemos que mediante la transformación individual por el perdón verdadero, no solamente es posible llegar a Dios directamente, sino que de hecho es la cosa más natural del mundo.
Creemos que mediante nuestra aceptación individual sin reservas y la práctica de las enseñanzas de perdón y de amor de nuestro Salvador en un Curso de Milagros, un resurgimiento espiritual de una dimensión sin precedentes está ocurriendo que se expandirá para abarcar a todo el mundo.
Principios
“Nada real puede ser amenazado. Nada irreal existe. Aquí yace la paz de Dios.”
De la Introducción del Texto
El Amor, el amor perfecto de Dios no tiene opuestos. No puede cambiar ni ser destruido. Nunca cambia y es inmutable. Lo que parece que es su opuesto es el miedo, sin embargo, lo que lo abarca todo, no puede tener opuestos. Esto es el fundamento de cada milagro. Todas las formas de miedo, no importa las que sean, no importa cuán intensas, crónicas o aparentemente sin esperanza, se superan de la misma manera Todas ellas darán paso al amor. “El amor perfecto expulsa el miedo”.
No necesitamos buscar el amor, no podemos aprender lo que es, porque está más allá de lo que puede ser enseñado. Es una experiencia pura y transcendental de la naturaleza de Dios. Sin embargo, para conocer este amor, tenemos que desvelar y reconocer y ser consciente todos los obstáculos para que sean deshechos. La manera como son deshechos es mediante el perdón. No hay otra manera.
La condición humana es un sueño y no es la realidad. La causa más fundamental que subyace es el pecado de la separación. Toda culpa, miedo, rabia y ataque, odio, celos, avaricia, escasez, pérdida, injusticia, miseria y sufrimiento de toda clase y sus consecuencias. El mundo es un lugar de sufrimiento sin fin, desesperación y futilidad a pesar de los destellos momentáneos de amor y felicidad, a causa de la falsa idea de separación de Dios, que parece que sea total.
Debido al mundo, el sueño parece tan verdadero y real en nuestras mentes, y nuestra experiencia de los problemas, enfermedades y muerte tan real e inevitable que necesitamos ayuda más allá de nosotros mismos para encontrar el amor de Dios en nuestro camino a la resurrección y a la vida eterna. El Espíritu Santo es el medio en nuestras mentes que es el Agente de Dios dentro del sueño. Él es la Ayuda que necesitamos para encontrar la forma de deshacer esta creencia fija en la separación y el pecado. Para encontrar paz, la paz de Dios, debemos pasar por un proceso de reconocer todos los problemas, todos los obstáculos y perdonarlos. Es decir, aceptar que somos responsables de ellos en nuestras mentes, para que el Espíritu Santo los pueda deshacer desde su fuente y podamos liberarnos del miedo y de la culpa que nuestros problemas mantienen.
El perdón es el hogar de los milagros, porque es el pensamiento que te aleja del miedo y demuestra la verdad, que el amor de Dios perfecto y que no cambia es la única realidad y nada más, ningún otro estado o condición es la realidad.
“Cada azucena de perdón ofrece al mundo el milagro silencioso del amor”. Libro Ejercicios. P.II.13.3.4
Alcanzar y mantener el estado de paz es la motivación para embarcarse en el Curso. En el estado de paz la miente se aquieta y está tranquila. Los obstáculos han sido eliminados mediante el milagro del perdón y la condición en la que Dios es recordado ha sido ahora lograda.
Para tener paz has de enseñar paz. Para tener paz, la paz debe convertirse en la elección preferida en lugar del ataque, el jucio, el miedo, etc. La paz debe ser la respuesta a toda situación. Sólo el perdón puede ofrecer esta posibilidad. Sólo el perdón puede deshacer la auto-imagen temerosa que llamamos ego, el estado separado de la mente. Sólo el perdón lleva a la paz, y al ofrecer perdón, el perdón de Dios es aceptado y la culpa de la separación en nuestras mente desparece. Cuando ha desaparecido, sólo la verdad permanece. El verdadero Ser que es santo e inocente en libertad y Uno con Dios es reconocido como nuestro perfecto estado original y que no cambia.
Práctica
Un Curso de Milagro es un trabajo de auto-estudio, con un Texto, Libro de Ejercicios y un Manual para el Maestro.
En el Texto se dispone de los cimientos teóricos, donde se exponentodas las complejidades de las dinámicas del ego, se expone la profundidad del perdón y el desarrollo de la visión de Cristo, como medios para aceptar la Expiación para uno mismo, y la reafirmación constante y la naturaleza irreconciliable de la verdad y la ilusión. El ego nunca puede ser reconciliado con la verdad y con el Ser Verdadero, y al revés. Sólo uno es real, el otro no tiene significado en absoluto y desaparecerá cuando se alcance la verdad. El Texto contiene prácticas como las del Libro de Ejercicios pero en el contexto más amplio del desarrollo de los temas en los diferentes Capítulos.
El Libro de Ejercicios explica al principio que hacer los ejercicios hará que se logre el objetivo del Curso. Su propósito es proveer una aproximación paso a paso para entrenar a la mente a tener una percepción diferente de todos y de cada cosa. El propósito de i ‘la percepción verdadera’, vista en la luz de la verdad, en oposición a ver con los ojos del cuerpo, donde en la mente se vuelve posible contemplar la completa santidad e inocencia de todos y de cada uno con los que nos encontramos.
El propósito del Curso es traer a cada individuo de regreso a Dios. Sin embargo, se requiere trabajo al principio para deshacer la tendencia general a juzgar y condenar a los otros al eliminar las causas del miedo que nos han tapado a Dios y a Su Amor. Se requiere preparación para aproximarse al Santo entre los Santos, el Santo Cristo y el Padre Santo.
La práctica de las 365 lecciones diarias del Libro de Ejercicios forma parte del ‘plan de estudios obligatorio’, tal como es expresado en la Introduccón del Texto del Curso. Las 124 lecciones finales del Libro de Ejercicios se presentan como oraciones. Podemos decir que el Curso clarifica nuestra necesidad de orar, la motivación adecuada, y como orar como base para los días finales del libro de ejercicios donde no hay tanta estructura de lecciones al continuar con nuestro desarrollo espiritual.
El Manual para el Maestro presenta el desarrollo de las características del maestro de Dios y trata de responder y clarificar algunas de las preguntas y aborda algunas de las trampas que pueden aparecer en el avance del estudiante-maestro. A través del Curso, se le llama al estudiante para que “tome su lugar como Slavador del mundo”, y ayude a Jesús a completar la misión que empezó hace mucho tiempo en Palestina.
Oración, Perdón y Sanación
La práctica del Curso es sencillamente oración, perdón y sanación. Primero ora, luego perdonas y como consecuencia sanas.
Es un intenso trabajo interior que no excluye a nada ni a nadie. El enfoque se encuentra en nuestras relaciones interpersonales, que ofrecen un microcosmos de nuestra relación con Dios. Por lo tanto, la práctica del perdón. De amor a nuestros hermanos, de conocer a tu hermano como a ti mismo, es como el Curso trae a cada uno a Casa al Amor de Dios. La práctica de perdonar y aprender consistemente a soltar el pasado con sus rencores, injusticias y errores es la manera como se libera la mente de su poderoso agarre a la culpa, pecado y separación de Dios. Cada milagro afirma que sólo la verdad de Dios es verdad y que cualquier condición, estado o experiencia que no comparta la alegría de Su verdad puede ser deshecho en la mente mediante el milagro del perdón verdadero.
No hay más declaración más poderosa de su práctica en el Curso que la siguiente frase de la lección 161 del Libro de Ejercicios. Se nos pide que elijamos a un hermano para el propósito del ejercicio y que le pidamos esto:
“Dame tu bendición, santo Hijo de Dios. Te contemplaré con
los ojos de Cristo, y contemplaré my perfecta inocencia en ti.”
Y la lección 357:
“El perdón – el reflejo de la verdad – que me enseña cómo ofrecer milagros y así escapar de la prisión en la que creo vivir. Su santo Hijo me es señalado, primero en mi hermano, y después en mí. Tu Voz me enseña con gran paciencia a oír Tu Palabra y a dar tal como recibo. Y conforme contemplo a Tu Hijo hoy, oigo Tu Voz indicándome la manera de llegar a Ti, tal como Tú dispusiste que ésta debía ser: “Contempla su impecabilidad y sé curado.”
Nuestras relaciones son la Iglesia, el templo del Espíritu Santo donde se adora a Dios al adorar primero a Su Hijo. El santo altar al Padre se encuentro en la mente de todos. Aquellos que aprenden a mirar con ojos completamente perdonados a sus hermanos han aprendido a ver a Cristo y reconocer lo inmortal en el sueño de muerte. La visión es percepción sanada, es el medio que este Curso usa para brindar el reconocimiento de Dios en todos y en todas las cosas.
“La única manera de llegar a Dios aquí es mediante el perdón. No hay otra manera. Aquí sólo podemos soñar. Pero podemos soñar que hemos perdonado a aquel en quien todo pecado sigue siendo imposible…Dios es nuestro objetivo, y el perdón, el medio por el que nuestras mentes por fin regresan a Él.” Lección 256.1
“Los perdonados son el medio de la Expiación. Al estar infundidos por el espíritu, perdonan a su vez. Aquellos que han sido liberados deben unirse para liberar a sus hermanos, pues ése es el plan de la Expiación. Los milagros son el medio a través del cual las mentes que sirven al Espíritu Santo se unen a mí para la salvació o liberación de todas las creaciones de Dios.” T-1.III.3
“El perdón, la salvación, la Expiación y la percepción verdadera son todos una misma cosa. Son el comienzo de un proceso cuyo fin es conducir a la Unicidad que los transciende todos. La percepción verdadera es el medio por el que se salva al mundo delpecado, pues el pecado no existe. Y esto es lo que la percepción verdadera ve.” C-4.3
“ Y piensa en cuán santo deber ser tu hermano cuando en él reside tu propia salvación, junto con su libertad! Por mucho que lo quieras condenar, Dios mora en él. Pero mientras ataques su Hogar elegido y luches contra Su huésped, no podrás saber que Dios mora igualmente en ti. Mira a tu hermano con dulzura. Contempla amorosamente a aquel que lleva a Cristo dentro de sí, para que puedas ver su gloria y regocijarte de que el Cielo no está separado de ti.” T-26.IX.1
“Sería mucho pedir que tuvieses un poco de confianza en aquel que te trae a Cristo para que todos tus pecados te sean perdonados, sin excluir ni uno solo que todavía quisieras valorar? No olvides que una sola sombra que se interponga entre tu hermano y tú nubla la faz de Cristo y el recuerdo de Dios.” T-26.IX.2