La Santidad de todas las cosas vivas
La Santidad de todas las cosas vivas. Al ser la mente transformada mediante el perdón, la santidad se trae a la consciencia. Contemplamos en todas las cosas vivas lo que hemos visto dentro de nosotros. Todas las cosas vivas son santas porque nosotros lo somos. Cada uno es percibido mediante la santidad que Dios le ha dado a cada aspecto de la creación.
“La mano de Cristo sujeta a todos sus hermanos en Sí Mismo. Él les concede visión a sus ojos invidentes y les canta himnos celestiales para que sus oídos dejen de oír el estruendo de las batallas y de la muerte. Él se extiende hasta otros a través de ellos, y les ofrece Su mano para que puedan bendecir toda cosa viviente y ver su santidad.” T.24.V.7
“¡A medida que comparto la paz del mundo con mis hermanos empiezo a comprender que esa paz brota de lo más profundo de mí mismo. El mundo que contemplo ha quedado iluminado con la luz de mi perdón y refleja dicho perdón de nuevo sobre mí. En esta luz empiezo a ver lo que mis ilusiones acerca de mí mismo ocultaban. Empiezo a comprender la santidad de toda cosa viviente, incluyéndome a mí mismo, y su unidad conmigo.” Libro Ejercicios. 57.5 (35)
“Le damos las gracias a nuestro Padre sólo por una cosa: que no estamos separados de ninguna cosa viviente, y, por lo tanto, somos uno con Él. Y nos alegramos de que jamás puedan hacerse excepciones que menoscaben nuestra plenitud o inhiban o alteren nuestra función de completar a Aquel que es en Sí Mismo la compleción. Damos gracias por toda cosa viviente, pues, de otra manera, no estaríamos dando gracias por nada, y estaríamos dejando de reconocer los dones que Dios nos ha dado.” Libro Ejercicios. 195.6
“Se ve la faz de Cristo en toda cosa viviente, y no se mantiene nada en la oscuridad, excluido de la luz del perdón. Ya no quedan pesares sobre la tierra. El júbilo del Cielo ha descendido sobre ella.” M- 28.2.6
“El perdón brilla su alivio misericordioso en cada brizna de hierba y en cada ala emplumada y en todo cosa viviente en la tierra. El miedo no tiene refugio aquí, porque el amor ha llegado y toda su santa unidad.” Canción de la Oración- 3.IV.2
“Esta es la promesa del Dios viviente: que su Hijo viva, que toda criatura viviente forme parte de él…” T.29.II.6
“Dios te dio todo lo que existe. Y para asegurarse de que no lo pudieses perder, se lo dio también a toda cosa viviente. Y así, toda cosa viviente es parte de ti, así como de Él.” T.29.VIII.9.7