Bondad

Bondad. Aquellos que aprenden a perdonarse a sí mismos son totalmente amable con todos los que se encuentran, respondiendo con amabilidad y cuidado. 

 “El mundo real sólo lo pueden percibir los ojos que han sido bendecidos por el perdón, los cuales ven un mundo donde el terror es imposible y donde no se puede encontrar ningún testigo del miedo…

El mundo real muestra un mundo que se contempla de otra manera: a través de ojos serenos y de una mente en paz. Allí sólo hay reposo. No se oyen gritos de dolor o de pesar, pues allí nada está excluido del perdón. Y las escenas que se ven son apacibles, pues sólo escenas y sonidos felices pueden llegar hasta la mente que se ha perdonado a sí misma.

¿Qué necesidad tiene dicha mente de pensamientos de muerte, asesinato o ataque? ¿De qué puede sentirse rodeada sino de seguridad, amor y dicha? ¿Qué podría haber que ella quisiese condenar? ¿Y contra qué querría juzgar? El mundo que ve emana de una mente que está en paz consigo misma. No ve peligro en nada de lo que contempla, pues es bondadosa, y lo único que ve es bondad.” Libro de Ejercicios. Parte II.8.1-3